
Los beneficios de dibujar como meditación
Hay muchos mitos alrededor de la meditación, una imagen muy popular es la de un monje budista sentado en posición de flor de loto con los ojos semicerrados y profundamente concentrado, pero esta es sólo una de las muchas maneras que hay para lograr ese tipo de estados.
El dibujo y la meditación
La práctica de dibujar como meditación tiene raíces profundas en diversas culturas y tradiciones a lo largo de la historia. Se ha utilizado como una herramienta para la autoexpresión, la introspección y el crecimiento personal.

Hombre japonés dibujando caligrafía tradicional con pincel de bambú
La caligrafía oriental
En el arte oriental, como la caligrafía japonesa y china, el acto de dibujar se considera una forma de meditación en movimiento. Los trazos fluidos y precisos requieren concentración y atención plena, lo que permite al artista entrar en un estado de flujo y conexión consigo mismo.
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El dibujo en las tradiciones orientales
En el budismo zen, el dibujo se utiliza como una práctica para cultivar la atención plena y la conciencia del momento presente. Al dibujar mandalas o imágenes simbólicas, se busca trascender el ego y conectar con la esencia del ser.
En la cultura occidental, el dibujo como meditación ha ganado popularidad en las últimas décadas, especialmente con el auge del mindfulness y las técnicas de relajación. Se ha demostrado que dibujar de forma consciente y sin expectativas puede reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el bienestar emocional.
Inténtalo tu mismo
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Crea un espacio tranquilo: Busca un lugar donde te sientas cómodo y puedas concentrarte sin distracciones. Puedes poner música suave o sonidos de la naturaleza para crear un ambiente relajante.
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Prepara tus materiales: Utiliza papel y lápiz, bolígrafo o cualquier otro material que te guste. No te preocupes por tener los mejores materiales, lo importante es que te sientas a gusto con ellos.
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Relaja tu cuerpo y mente: Siéntate cómodamente, cierra los ojos y respira profundamente varias veces. Puedes hacer estiramientos suaves para liberar tensiones en el cuerpo.
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Empieza a dibujar: Deja que tu mano se mueva libremente sobre el papel, sin juzgar ni controlar el resultado. Puedes dibujar formas abstractas, patrones repetitivos o cualquier cosa que te venga a la mente.
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Observa y reflexiona: Una vez que hayas terminado de dibujar, tómate un momento para observar tu creación. No la critiques ni la analices, simplemente obsérvala con curiosidad y apertura. Reflexiona sobre cómo te has sentido durante el proceso de dibujo y qué has descubierto sobre ti mismo.

Mujer joven trazando un diseño intrincado en un cuaderno con su bolígrafo
No te preocupes por el resultado final, recuerda que lo importante es estar inmerso en el proceso, el resultado que obtendrás al final podrá gustarte o no, en lugar de juzgar el dibujo resultante mejor evalúa cómo te sientes al terminar, cuales son el tipo de emociones y sentimientos que tenías antes de comenzar y los que tienes después de ejecutarlo.
Para aumentar tu interés y motivación para realizarlo de manera frecuente intenta diferentes técnicas y materiales hasta que encuentres aquella que te motive a seguir adelante, esta herramienta puede resultar muy útil para entornos laborales, escolares o dónde el movimiento de gente a tu alrededor es constante.
Namaste
Devaraj
Fuentes:
https://docta.ucm.es/entities/publication/b9730f3a-7abe-49aa-b8a9-24e4fddab1f9